En este proyecto trabajé desde una mirada íntima y sensorial, abordando la relación entre memoria, experiencia y materialidad. Participé de todas las etapas: desde la investigación conceptual y el relevamiento visual, hasta el desarrollo formal, la dirección estética y la construcción completa del universo del proyecto. La propuesta parte de explorar cómo ciertos recuerdos, gestos y objetos cotidianos pueden transformarse en lenguajes visuales. El eje central es la memoria vivida: aquello que se siente en el cuerpo antes que en la mente, lo que permanece en forma de textura, clima o fragmento emocional. A partir de este enfoque, desarrollé piezas visuales y editoriales que traducen lo íntimo en forma, ritmo y composición.